Muy común, muy sorprendente
Claudia Belaunde
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Claudia Belaunde
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Se lo puede ver en varios escenarios de la ciudad de Santa Cruz, en zonas urbanas, alrededores, en los bosques semideciduos chiquitanos, en las sabanas benianas y hasta en el escudo cruceño. En fin, no cuesta encontrarlo, pero ¿qué se sabe de él?
El cotidiano “Totaí” lleva de nombre científico Acrocomia aculeata, este nombre da una interesante descripción de la planta, ambas palabras están en latín y vienen de akros que significa alto y kome que significa pelo o mechón, en referencia a su altura. Y por otro lado tenemos Aculeus-i que significa aguijón, obviamente en referencia a que está lleno de aguijones para su protección, desde el tronco hasta las hojas.
Saliendo del lado literal nos metemos a lo práctico, a sus usos, y es que para muchas personas un buen fruto maduro de “Totaí” es todo un manjar y un freno directo a la acidez estomacal después de una comida pesada, pero no termina ahí, ya que hay otro manjar que buscan las personas y está metido en su semilla, con el tiempo después de madurar, algunas caluchas contienen una oruga de escarabajo gorda y blanquecina, toda una ´delicatese´ para algunos paladares que se lanzan en su búsqueda.
Esto solo es un poco de lo mucho que se puede aprender de una de las palmeras más conocidas del Oriente Boliviano, de la cual también se alimentan parabas y ardillas.