Elementos ¿sin vida? ¡vuelve a mirar!
Elementos ¿sin vida? ¡vuelve a mirar!
Como seres humanos, somos capaces de modificar nuestro entorno y convertirlo en algo diferente. Cómo, por qué o para qué lo hacemos es lo que determina nuestra identidad cultural. Por ejemplo, podemos utilizar la madera para hacer instrumentos musicales cuya melodía eleve nuestro espíritu, o podemos transformar la roca en un elemento de relacionamiento social que trasciende el tiempo.
Los minerales, el agua, la roca misma pueden parecer elementos inertes y sin vida. Sin embargo, no debemos subestimar su importancia como estructuras que, soportan a la vida. Toda superficie contiene de una u otra forma organismos vivos e incluso llega a actuar como medio de comunicación que, trasciende épocas en el tiempo.
Un ejemplo es, el arte rupestre, el cual utiliza la roca como lienzo artístico. La roca, deja de ser un elemento aislado y se transforma en el conductor de distintos tipos de mensajes que, nos conectan con nuestros ancestros.
En la zona de la Chiquitania, se han encontrado pinturas en distintos lugares de las serranías como, farallones, cuevas o riberas de ríos, entre otros que, revelan la sumatoria de distintos momentos culturales de la historia de esta región. Registros de ocupación, de uno de los bosques tropicales más particulares del mundo, desde hace miles de años, donde además se evidencian rutas que conectan este espacio territorial con otros territorios como el Peabirú en Brasil y Kapacñan en Perú.
Así, la piedra además de sostener líquenes y vegetación que se desarrolla en ella como sustrato, puede desarrollar también su propia relación de importancia social con la humanidad, como testigo y mensajera a lo largo de la historia. Observarla es observar también los secretos que contiene para conectarnos