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Miradas desde Bajo Paraguá

Miradas desde Bajo Paraguá

Miradas desde Bajo Paraguá

Un proceso de reflexión y expresión visual de mujeres y jóvenes del Área Protegida Municipal del Bajo Paraguá de San Ignacio de Velasco

Poder expresar y mostrar un territorio, sus vivencias y características es un proceso que normalmente lo hacen personas ajenas a las comunidades. Técnicos, fotógrafos, cineastas, encuestadores o autoridades, levantan información y la reflejan en estudios y publicaciones, pero la perspectiva siempre es externa, entonces ¿existe una manera para que las comunidades expresen y digan desde su perspectiva su realidad? A través de un proceso creativo, mujeres y jóvenes indígenas chiquitanos y guarasu’we de 4 comunidades del APM Bajo Paraguá de San Ignacio de Velasco, reflexionaron sobre su identidad, presiones socioambientales, necesidades y valores, para plasmarlos en una serie de fotografías acompañadas de textos que se convierten en una voz a ser escuchada y sentida.

Los objetivos de este proceso fueron:

  • ⁠ ⁠Crear un vínculo entre diferentes grupos de jóvenes de las cuatro comunidades de Bajo Paraguá
  • ⁠ ⁠Fortalecer las capacidades de liderazgo de jóvenes en Bajo Paragua.
  • ⁠ ⁠Facilitar un espacio de intercambio de experiencias desde la mirada joven en las cuatro comunidades en la TCO Bajo Paragua a través de metodologías creativas y participativas

Jóvenes y líderes de Piso Firme, Porvenir y Picaflor siendo capacitados por Eliana Peña.

Durante la primera fase, jóvenes estudiantes de bachillerato, líderes y lideresas recibieron conocimiento sobre la autoreflexión, valoración cultural y presiones socioambientales de parte de Eliana Peña, indígena de la nación Monkox que fue parte del proceso FOTOVOZ. Mediante el intercambio de experiencias y vivencias, reflexionaron e identificaron 4 ejes temáticos presentes en el territorio y así descubrir que querían expresar, retratar o reflejar de su entorno. “Este proceso nos permitió conocer y recuperar mucho de nuestra cultura y nuestro territorio, fortaleciendo nuestra identidad y liderazgo”, comentaba Eliana mientras exponía las fotografías realizadas en San Antonio de Lomerío.

Prácticas grupales sobre el uso de la cámara y realización de retratos en Piso Firme y Picaflor.

Para poder llevar a cabo las fotografías, fueron capacitados por Claudia Belaunde, Responsable de Comunicación de la FCBC, quien explicó el uso de cámaras, drones y celulares para la realización de fotografías, el lenguaje de la imagen, la redacción de textos y los elementos necesarios para la construcción de una historia visual. Durante los ejercicios, se priorizó el respeto y derechos sobre la imagen, el potencial de la imagen como herramienta de expresión y el uso de redes sociales como espacios de difusión.

El uso del dron como una herramienta de registro fue parte clave para la realización de las historias y conocimiento del territorio en Bajo Paraguá.

La segunda fase fue destinada a la ejecución de las historias, con el acompañamiento de los facilitadores, se realizaron 9 historias individuales y una colectiva, en las comunidades de Piso Firme, Porvenir y Picaflor. Las historias, creadas y redactadas por los participantes, expresan sus puntos de vista sobre la crisis por incendios forestales, la relación con el bosque y la dependencia de espacios naturales conservados, como también, necesidades de energía eléctrica, educación y rescate cultural.

La meta es que los proyectos fotográficos finales sean expuestos en las comunidades y ante tomadores de decisiones, como elementos de análisis y reflexión que incluya la mirada de los jóvenes y mujeres, y así fortalecer la gobernanza y participación de diversos actores sobre el territorio y las decisiones clave en el mismo para promover la conservación y sustentabilidad de las comunidades.

Esta iniciativa es parte del proyecto “Conservar la Conectividad e impulsar la gestión sostenible en las comunidades de la TCO Bajo Paraguá” ejecutado por FCBC con Aktion Amazonas, financiado por CISU.

COMUNIDADES Y TECNOLOGÍA PARA LA RESTAURACIÓN DE LOS BOSQUES DE BAJO PARAGUÁ

COMUNIDADES Y TECNOLOGÍA PARA LA RESTAURACIÓN DE LOS BOSQUES DE BAJO PARAGUÁ

COMUNIDADES Y TECNOLOGÍA PARA LA RESTAURACIÓN DE LOS BOSQUES DE BAJO PARAGUÁ

Restaurar Bolivia, una nueva aplicación de ciencia ciudadana en manos de quienes habitan y deciden en el Bosque Chiquitano

“Toda esa parte (del frente), parecía una ciudad de noche desde lejos, pero eran los árboles quemándose, nunca había visto algo así” dice Fabiola Masai, comunaria y presidenta de la Asociación de Mujeres Emprendedoras de Piso Firme. Esta comunidad, ubicada en el extremo norte del Área Protegida Municipal de Bajo Paraguá en San Ignacio de Velasco, tuvo que combatir y ver el fuego en su territorio por 52 días el 2023, y sin salir del asombro, se preguntan qué ocurrirá con el paisaje verde que solían tener al estar frente al Parque Nacional Noel Kempff Mercado, y que ahora luce como un bosque muerto.

Rivera del rio Paraguá, cerca de Piso Firme, afectada por los incendios forestales el 2023.

La misma pregunta busca ser respondida por el Observatorio del Bosque Seco Chiquitano de la FCBC, que comenzó la difusión y capacitación en el uso de la herramienta de ciencia ciudadana “Restaurar Bolivia”, una aplicación para teléfonos celulares, con la cual se busca monitorear la restauración y regeneración del bosque, pampa y espacios naturales, con el objetivo de generar información y permitir a las autoridades y comunidades, tomar decisiones técnicas y precisas para la restauración. Clic en el enlace para descargar: https://play.google.com/store/apps/details?id=app.fcbc.restauracion&pcampaignid=web_share

Durante 2 jornadas de capacitaciones, una en Piso Firme y otra en Porvenir, con autoridades indígenas locales, guardaparques, representantes de asociaciones y comunarios de Porvenir, Piso Firme, Florida y Picaflor, recibieron información técnica sobre como monitorear la regeneración, la importancia de estos datos, y como las presiones ecosistémicas pueden ser registradas y sistematizadas, promoviendo la ciencia ciudadana como un trabajo colaborativo que comienza a implementarse en todo el Bosque Chiquitano, para conocer el estado del mismo. El Bosque Chiquitano, es el bosque seco tropical mejor conservado de Sudamérica, pero que registra las mayores tasas de deforestación y severidad de incendios los últimos años, por ello, su prioridad de conservación, monitoreo y restauración en este ecosistema único en el mundo, donde habitan y dependen de

Capacitaciones en Piso Firme y Porvenir, y registro de información en zonas afectadas por el fuego identificadas por las comunidades.

Además del uso de celulares, se capacitó en el uso de drones para el monitoreo y vigilancia en sus territorios. “Con esta herramienta podemos identificar claramente las especies para el manejo o ver desmontes” afirma Claudio Lino, cacique de Florida, quien junto a los comunarios de Picaflor, practicaron y comprendieron las funciones de drones y posibilidades para la generación de información.

Capacitaciones con drones a las comunidades de Piso Firme, Porvenir, Florida y Picaflor.

Estas acciones, son parte del proyecto “RestaurAcción” ejecutado por la FCBC con apoyo del Ministerio de Recursos Naturales del Gobierno de Canadá, y del proyecto “Conservar la Conectividad e impulsar la gestión sostenible en las comunidades de la TCO Bajo Paraguá” ejecutado por FCBC con Aktion Amazonas, financiado por CISU.

Nokumonish_Un homenaje a la almendra chiquitana

Nokumonish_Un homenaje a la almendra chiquitana

Nokümonish

Un homenaje a la almendra chiquitana

Una cena dedicada a revalorizar y potenciar el consumo de la almendra chiquitana recolectada y producida por asociaciones de mujeres, fue llevada a cabo por grandes cocineros de Santa Cruz, quienes a través de un menú innovador, transportaron a los comensales en una cena de 6 pasos, demostrando el sabor y potencial que tiene este fruto del Bosque Chiquitano.

Un viaje de intercambio de conocimiento junto al equipo de Productos Forestales No Maderables de la FCBC, resultó inspirando a los cocineros Jaime Barbas (Sacha Huaska), Emilia Tapia (Almacén 1923) y Ricardo Cortez (cocinero independiente), para elaborar platos y cocteles en base a la almendra chiquitana. Tras visitar las comunidades de Santa Martha (San Ignacio de Velasco) y Palmarito de la Frontera (Concepción), decidieron unirse y promover a la almendra chiquitana para potenciar el consumo local. La almendra chiquitana, Dipteryx alata, es un fruto nativo del Bosque Chiquitano, de temporada, mayormente recolectado por mujeres de comunidades indígenas chiquitanas, con alto valor nutricional y genera una significativa economía para las comunidades.

Los cocineros probaron la sopa de almendra, intercambiaron conocimiento con las comunidades y participaron del proceso de recolección y quebrado.

La almendra chiquitana, que en 2004 comenzó, a través del apoyo de FCBC, a aprovecharse como un producto forestal no maderable, ha escalado sus niveles de recolección e involucramiento. Datos recopilados por Javier Coimbra, responsable de la Unidad de Sustentabilidad de la FCBC, reflejan cómo este fruto, desconocido y poco aprovechado hace 2 décadas, con un correcto acompañamiento técnico y promocional institucional, pasó de la cosecha de una tonelada al año, a 20 toneladas actualmente, siendo la especie nativa más plantada en la historia de la Chiquitania. La almendra chiquitana, es destinada casi en su totalidad al mercado de exportación, haciendo que prácticamente no esté disponible para el mercado local o nacional.

Almendra chiquitana recogida y tostada por la Asociación de Mujeres Emprendedoras «Buscando nuevos horizontes»  en la comunidad de Palmarito de la Frontera. 

La cena, denominada Nokümonish, nombre en bésiro para la almendra chiquitana, contó con un menú de 6 pasos, acompañados de cocteles en base a almendra. Cada plato incluyó a la almendra en alguna forma, siempre destacando su aporte en sabor, textura o aroma, convirtiéndose en un viaje por el bosque chiquitano. Su objetivo fue más allá que la revalorización del producto, ya que los cocineros decidieron donar lo recaudado en la cena a asociaciones de mujeres que usan este fruto y así fortalecer estos centros y las capacidades de las mujeres que las conforman.

En este espacio, también participaron representantes de la Asociación de Mujeres Emprendedoras de Santa Martha, quienes expusieron el valor que tiene la almendra para su comunidad, el impacto en la economía familiar, el potencial que buscan desarrollar con el procesamiento y la prioridad de conservación de espacios naturales, ya que al ser un fruto silvestre, está amenazado, al igual que el Bosque Chiquitano, por la deforestación, incendios forestales y cambio de uso del suelo.

6ta Caravana Tucabaca: Paisajes, gente y recursos

6ta Caravana Tucabaca: Paisajes, gente y recursos

6ta Caravana Tucabaca: Paisajes, gente y recursos

El Área Protegida Tucabaca como lugar de encuentro, diálogo y aprendizaje

Con una gran expectativa y participación, se llevó a cabo la 6ta Caravana de Tucabaca, evento en el cual durante tres días alrededor de 60 actores municipales, departamentales y comunales recorrieron comunidades colindantes y pertenecientes al Área Protegida Municipal y Unidad de Conservación del Patrimonio Natural Valle de Tucabaca en el municipio de Roboré.

La Caravana, que tuvo como objetivo aportar a la visibilidad de los atractivos turísticos, los recursos naturales y la gestión del Área Protegida, logró interiorizar a los participantes sobre las necesidades,  el contexto socioambiental y la cultura en las comunidades Aguas Negras, Santiago de Chiquitos, Naranjos, San Lorenzo Viejo, Quitunuquiña, Yororobá, Aguas Calientes, San Manuel, Los Sotos y Motacucito.

Las sesiones e intercambios se llevaron a cabo en 10 comunidades que habitan o colindan con el AP UCPN Valle de Tucabaca.

En esta versión, el Comité de Gestión de la UCPN Tucabaca, la Central indígena de Roboré, CICHAR, con apoyo de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano, FCBC, eligieron como temas a abordarse la gestión de recursos hídricos; su cuidado y protección, clarificación de los límites del área protegida, y el turismo comunitario.

Pinturas rupestres y petroglifos son custodiados y valorados por las comunidades.

Conocer el estado de las fuentes de agua, los atractivos y potenciales sitios turísticos, como también las necesidades de las comunidades, fue parte central de los diálogos establecidos entre autoridades, representantes y comunidades.

Soluciones e iniciativas fueron mostradas, desde huertos comunales, hasta emprendimientos de productos alimenticios, medicinales y de cosmética, están presentes y forman parte de la voluntad de las comunidades de desarrollarse basados en los recursos del bosque en armonía con la conservación e identidad chiquitana que los caracteriza.

Gastronomía, artesanías y naturaleza, la riqueza de las comunidades.

También los problemas y presiones que enfrentan las comunidades fueron expresados: asentamientos nuevos de colonias menonitas, falta de servicios básicos (luz eléctrica y agua), incendios forestales y oportunidades para el desarrollo, son un pedido que buscan abordar en conjunto.

La 6ta Caravana de Tucabaca, permitió un re encuentro y reconocimiento de todos los actores involucrados y vinculados por el área protegida Tucabaca, y con ello, se establecieron compromisos para la atención de las autoridades, la protección de los recursos hídricos, defensa del área protegida, y así, garantizar la buena gestión y gobernanza de este importante y único paisaje chiquitano y las comunidades que lo habitan.

Estableciendo la ruta de la prevención y restauración

Estableciendo la ruta de la prevención y restauración

Estableciendo la ruta de la prevención y restauración

Primer Intercambio de experiencias en la Chiquitania Sur sobre combate de incendios forestales, prevención y restauración

En la biblioteca municipal de San José de Chiquitos, más de 60 personas, entre autoridades departamentales, municipales, comunales, bomberos forestales, guardaparques, bomberos voluntarios y técnicos de instituciones se reunieron y compartieron sus experiencias con el fuego en el Bosque Chiquitano.

La ecorregión del bosque seco Chiquitano es una de las más afectadas por los incendios forestales en el departamento de Santa Cruz, siendo el sector sur el más afectado por la frecuencia y severidad, (megaincendios de 6ta generación registrados en el año 2019), afectando a las comunidades, sus medios de vida y al bosque que habitan y les rodea. Por ello, la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano, FCBC, en el marco del proyecto RestaurAcción, financiado por el ministerio de Recursos naturales del gobierno de Canadá, llevó a cabo el primer “Intercambio de experiencias: Combate, Prevención y Restauración en la Chiquitania”, para que los distintos actores de diferentes sectores, instituciones y niveles puedan compartir sus conocimientos y vivencias en torno a los incendios forestales y analizar medidas preventivas.

Sixto Angulo, (FCBC) exponiendo sobre la situación del Bosque Seco Chiquitano y la  restauración.

Alex Carrasco (FCBC) exponiendo sobre el clima y los incendios en la Chiquitania

Victor Hugo Sanchez, Bombero Forestal Desconcentrado (DIRENA) expone sobre los incendios forestales en Chiquitos

Fernando Mendoza (GAM Roboré) expone sobre la experiencia y respuesta del municipio ante los incendios forestales

Jorge Seas, (NATIVA), exponiendo sobre el impacto del fuego en el AP Ñembi Guasu y las acciones de restauración.

Alejandro Quezada, Subgobernador de la provincia Chiquitos, exponiendo sobre la respuesta y coordinación departamental a incendios en los últimos 2 años.

Roider Villaroel, (Unidad de Biodiversidad GAD), explica los impactos del fuego en la fauna chiquitana

Adita Montaño (CC GAD) explicando la política departamental de Cambio Climático

Las exposiciones, incluyeron elementos como el impacto del fuego en el bosque y en los medios de vida, el costo de las operaciones de combate del fuego, el monitoreo del clima, las acciones de conservación, la gestión integral de paisaje, el cambio climático, la restauración entre otros. Por su parte, bomberos voluntarios de Santiaguito y Quitunuquiña (Roboré), Quituquiña (San José) y Quebracho (Santa Cruz) expusieron la vocación y rol de los voluntarios como elementos de primera respuesta y el apoyo que esperan para continuar con su labor.

Ronald Zeballos (Quituquiña), Senia Cabello (Santiaguito), Alcides Poiquí (Quitunuquiña), y Sofía Bello (Quebracho), comparten sus vivencias como bomberos voluntarios que combaten los incendios forestales cada año en el Bosque Seco Chiquitano.

Durante la segunda parte del intercambio, se establecieron 3 mesas de trabajo interdisciplinarias y multisectoriales, en las cuales, se abordaron los ejes de prevención, combate y restauración. De esta forma, compartieron sus percepciones, necesidades y propuestas, estableciendo las bases para que, de forma articulada durante la presente gestión, las comunidades, autoridades municipales, gobierno departamental, unidades de respuesta, voluntarios y organizaciones puedan estar preparados, articulados y comprometidos ante los desafíos que se viven en el bosque chiquitano.

Tras el encuentro, los participantes, autoridades y representantes de más de 15 comunidades que habitan el bosque chiquitano afianzaron sus enlaces y compromisos hacia la restauración y la conservación.

El futuro está en el bosque

El futuro está en el bosque

El futuro está en el bosque

En el Área Protegida Laguna Marfil aseguran la sustentabilidad de sus comunidades mediante la conservación y gestión integral del bosque y sus recursos

En medio de la pampa transicional de Bosque Chiquitano a Cerrado, existe un tesoro que es conservado por sus habitantes, el Área Natural de Manejo Integral Municipal  Laguna Marfil, un área protegida de 71 mil hectáreas donde las comunidades, que sufrieron por incendios forestales y sequías, ahora se apoyan en el aprovechamiento de frutos silvestres para frenar la deforestación, restaurar el bosque y generar recursos económicos en el bosque seco tropical declarado como prioridad de conservación por la UICN en el año 2020

El Área Natural de Manejo Integral Municipal Laguna Marfil es un área protegida ubicada al norte del departamento de Santa Cruz, que comparte un espejo de agua con Brasil. En los últimos años, los incendios forestales afectaron más de 16 mil hectáreas, la sequía hizo que la laguna reduzca considerablemente su superficie, dejando a las comunidades sin el ingreso y fuente principal de proteína,la pesca, y las presiones para cambiar el uso de suelo hacia actividades no sostenibles, como agricultura extensiva de monocultivos y ganadería son más fuertes. Por ello, la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano, FCBC, en el marco del proyecto RestaurAcción, financiado por el Ministerio de Medio Ambiente de Canadá, implementó acciones para el desarrollo de silvicultura y sistemas agroforestales en las comunidades, que ahora, mediante Soluciones Basadas en la Naturaleza, SbN, conservarán y restaurarán el Bosque Chiquitano, el bosque seco tropical mejor conservado en el mundo.

Los ecosistemas del Cerrado y Bosque Chiquitano se encuentran en Laguna Marfil, y tienen más de 30 potenciales productos no maderables por ser aprovechados por las comunidades.

Las unidades técnicas de FCBC identificaron los espacios naturales dentro del ANMIM Laguna Marfil que requerían la implementación de acciones de restauración, tanto natural o asistida, como ser zonas afectadas por incendios, espacios de agricultura comunal, o sitios prioritarios para su conservación, y junto a las comunidades, establecieron parcelas de aprovechamiento de productos forestales no maderables en zonas vulnerables y con potencial. Junto a cuadrillas de voluntarios, trabajaron con herramientas realizando limpiezas de los sitios, implementando silvicultura de forma comunitaria.

“Sabíamos que habían 3 o 4 frutos que normalmente consumíamos, pero ahora hemos descubierto más de 10 que tienen potencial y serán aprovechados” asegura Celestino Cambará, quien, como técnico local, realizó las acciones en las comunidades.

Celestino Cambará, revisando el estado de los frutos de piquí, Caryocar brasiliense, en un área de manejo silvicultural.

Con el aprovechamiento y procesamiento de frutos silvestres, se da un valor adicional al bosque, y así las personas cuidan más los espacios naturales. Un bosque valorado es un bosque conservado, y quienes lo habitan implementarán acciones para protegerlo. Estas acciones resultan en un uso sostenible que garantiza los servicios ecosistémicos para las comunidades como para el mundo entero.

“Se realiza una limpieza de algunas especies para que la nueva generación de plantas y árboles aprovechables tengan mejor oportunidad, con más espacio para que los frutales del Cerrado se desarrollen y produzcan mejor, así la gente cosechará mucho más de cada planta en vez de sólo 2 o 3 frutos,” afirma Jesús Morón, técnico de la FCBC. La limpieza y aprovechamiento fue realizada por mujeres y hombres, quienes, en cada sitio, usando motosierras y desbrozadoras limpiaron alrededor de árboles y arbustos, demarcaron los sitios de aprovechamiento y establecieron convenios de protección.

Acciones de corte, limpieza y siembra de plantines fueron realizados de forma comunitaria en Laguna Marfil.

Fenómenos de sequía prolongada y heladas han hecho que la severidad de los incendios sea cada vez mayor, afectando el proceso de regeneración natural y modificando el paisaje en Laguna Marfil. La implementación de prácticas de silvicultura reducirá la probabilidad o severidad de los incendios forestales, ya que, al haber menos masa vegetal en tiempo de sequía, las probabilidades de incendio se reducen, el control que realizan las comunidades será más efectivo y las parcelas de aprovechamiento estarán más protegidas.

Otra acción implementada fue la reforestación con especies maderables y no maderables. En parcelas de producción agrícola comunal, se reforestó los perímetros y cordones con especies como la almendra chiquitana, Dipteryx alata, estableciendo sistemas agroforestales, que en un futuro devolverán la cobertura a estos espacios productivos.

Todo este proceso y compromiso de las comunidades del ANMIM Laguna Marfil ha sido plasmado en actas firmadas por las autoridades comunales indígenas, garantizando la conservación de las parcelas de restauración y aprovechamiento, que suman un total de 1300 hectáreas declaradas como reservas comunales para conservar los frutos silvestres, plantas medicinales y favorecer la regeneración natural, en las cuales no se permitirán asentamientos humanos ni cambios en el uso de suelo, declarándolas como prioridad para la conservación y defensa.

De esta manera, con la implementación de SbN, Laguna Marfil garantiza y asegura un desarrollo sustentable y adaptable ante los desafíos que presenta el cambio climático, demostrando que la conservación y el desarrollo es posible y alcanzable en el bosque chiquitano.