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Cinco especialistas darán disertaciones en el conversatorio “¿Cómo responde el bosque a los incendios forestales?”

Cinco especialistas darán disertaciones en el conversatorio “¿Cómo responde el bosque a los incendios forestales?”

Cinco especialistas darán disertaciones en el conversatorio “¿Cómo responde el bosque a los incendios forestales?”

El jueves 16 de septiembre a las 4 pm (hora Bolivia), el conversatorio “¿Cómo responde el bosque a los incendios forestales?” rescatará los aprendizajes y conclusiones de 5 expertos que compartirán su experiencia en el tema; y, además, sustentará a la regeneración natural como una de las herramientas clave en el ámbito de la restauración.

Los panelistas del conversatorio serán:

  • René Guillén (Fundación Kaa Iya), con el tema “Regeneración natural de árboles y arbustos quemados en unidades vegetales de la Chiquitania que converge en el área de influencia del gasoducto Bolivia-Brasil de Gas TransBoliviano S.A.”
  • Daniel Soto (Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado) con el tema “La Regeneración Natural post incendio en la Chiquitania”
  • Daniel Villarroel (Fundación Amigos de la Naturaleza) con el tema “Fuego: caos y armonía de los ecosistemas en la Chiquitania”
  • Bonifacio Mostacedo (Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno) con el tema “Regeneración natural después del fuego en ecosistemas tropicales subhúmedos y secos en Bolivia”
  • Oswaldo Maillard (Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano) con el tema “Regeneración natural desde el análisis geoespacial y monitoreo remoto”

El espacio estará moderado por Huáscar Azurduy, responsable de la Unidad de Conservación y Restauración de la FCBC.

Para registrarte en el conversatorio, presiona el siguiente enlace: https://us02web.zoom.us/webinar/register/WN_OscchxZjRou63pUhrYREXQ

También podrás seguir la transmisión en vivo del evento desde la página de Facebook de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano.

CONOCE MÁS A LOS PANELISTAS Y MODERADOR

René Guillén

Experto botánico (Fundación Kaa-Iya)

Titulado en la carrera de Biología de la Universidad Mayor de San Simón, realizó el curso de doctorado sobre “Biodiversidad y medio edáfico” en la Universidad Complutense de Madrid. Trabajó desde 1993 hasta el 2001 como botánico en: el Herbario Nacional Forestal “Martin Cárdenas”, Herbario del Museo de Historia Natural “Noel Kempff Mercado”, Herbario Nacional de Bolivia, Missouri Botanical Garden y otros.  Del 2002 al 2021, se desempeñó como experto en restauración de bosques y producción de plantas en el vivero de especies nativas del Chaco y Chiquitanía en: el Servicio Nacional de Áreas Protegidas, Gas Transboliviano S.A. y Fundación Kaa-Iya. Ha participado en la publicación de numerosos artículos científicos, se destaca el libro Revegetación del Derecho de Vía Gasoducto Bolivia-Brasil, sector “Parque nacional y Área Natural de Manejo Integrado Kaa-Iya del Gran Chaco”.  Actualmente trabaja para la Fundación Kaa-Iya en la interpretación y evaluación de Parcelas Permanentes de Muestreo instaladas en vegetación chiquitana quemada el 2019 en el área de influencia del gasoducto Bolivia-Brasil de Gas TransBoliviano A.S.

Oswaldo Maillard

Experto en análisis geoespaciales. Responsable del Observatorio del Bosque Seco Chiquitano (Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano)

Oswaldo Maillard, biólogo boliviano, autor y/o coautor de más de 40 publicaciones, entre artículos y notas científicas, capítulos de libros, compilaciones y guías de campo. Su experiencia abarca temáticas relacionadas con la conservación de la biodiversidad en Bolivia, predicción de la distribución de especies de fauna y flora, sistema de información geográfica, teledetección, análisis multitemporal del cambio de la cubierta terrestre, deforestación, modelación espacial de futuros cambios en la deforestación, detección de cicatrices y severidad de incendios forestales, fragmentación del paisaje y conectividad, priorización de áreas importantes para la conservación y análisis de proyecciones de cambio climático. Trabajó en el Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado, Asociación Armonía y Fundación Natura Bolivia. Desde el año 2017 hasta la fecha, trabaja en la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano; donde se desempeña como responsable del Observatorio del Bosque Seco Chiquitano.

Daniel Villarroel

Experto botánico. Subgerente de Investigación (Fundación Amigos de la Naturaleza)

Posee una licenciatura en Biología (Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, Bolivia), una maestría (2009 a 2011) en el área de taxonomía y ecología vegetal y un doctorado (2012 a 2017; área de ecología vegetal y biogeografía) en Botánica (Universidad de Brasilia, Brasil). Desde 2007, es investigador asociado del Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado, y en colaboración con instituciones nacionales e internacionales ha diseñado y/o dirigido investigaciones relacionadas con la biodiversidad, dinámica del carbono y el manejo de los recursos naturales de las tierras bajas de Bolivia. Ha generado y colaborado en la publicación de 40 artículos científicos, 8 libros y 8 capítulos de libros, destacando la descripción de 11 nuevas especies para la ciencia. Actualmente, trabaja en la Fundación Amigos de la Naturaleza como subgerente de Investigación y Monitoreo de Ecosistemas, con énfasis en estudios de biodiversidad, servicios ecosistémicos y el desarrollo de capacidades locales.

Daniel Soto

Experto botánico (Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado)

José Daniel Soto es ingeniero forestal, se inició como auxiliar ad honorem en el área de Botánica del Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado. Como investigador asociado al Museo, participó de varias expediciones de campo de diferentes proyectos de investigación, motivado por el interés de conocer la diversidad de plantas. Es así, que ha participado en varias publicaciones, incluyendo de especies nuevas para la ciencia y nuevos registros para el país. Tiene interés en la familia Rubiaceae y del género Bauhinia (Fabaceae) del cual está realizando la revisión de todas las especies en Bolivia. Así también, ha participado en otros proyectos de consultoría relacionados a la biodiversidad, realizando trabajos en la Chiquitanía, Chaco y Amazonía. Actualmente, está por culminar la tesis de maestría en Manejo de Recursos Naturales y Medio Ambiente.

 

Bonifacio Mostacedo

Experto ecólogo. Docente investigador (Facultad de Ciencias Agrícolas – UAGRM)

Ingeniero agrónomo de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, especialista en ecología de plantas en el área de regeneración natural de árboles y diversidad de bosques. Tiene una maestría en la Universidad Nacional Autónoma de México y un doctorado en la Universidad de Florida, Estados Unidos. Ha realizado investigaciones en el Proyecto BOLFOR I y también en el Instituto Boliviano de Investigación, el cual llegó a dirigir. Ha sido consultor para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura y World Wildlife Fund. Además, es docente en pregrado y postgrado en la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma Gabriel René, donde llegó a fungir como director ejecutivo del Instituto de Investigaciones Agrícolas “El Vallecito”. Ha publicado más de 50 trabajos, entre artículos científicos, libros, y documentos técnicos. Sus investigaciones están inclinadas a la ecología aplicada con aspectos de manejo integral de bosques y tierras y específicamente, en la ecología de semillas y plántulas, diversidad y estructura de bosques, secuestración de carbono y ecología de fuego. Actualmente, es una de las autoridades académicas más reconocidas en temas de respuesta de la vegetación del Bosque Seco Chiquitano a los incendios forestales.

Huáscar Azurduy

Programa de Estudios del Bosque Seco Tropical. Responsable de la Unidad de Conservación y Restauración (Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano)

Se involucró con el Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado por unos 15 años. Fue invitado a dictar materias de Etología, Etnopsicología, Paleontología y Evolución en la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno. Trabajó como docente invitado en la Unidad de Postgrado de Humanidades. Así también, fue invitado a trabajar en el Instituto Marino Costero de la Universidad de Alaska, Estados Unidos. Fundó la revista científica Kempffiana que aborda temas taxonómicos, biogeográficos y de historia natural. Ha publicado trabajos científicos, de divulgación y libros en evolución e historia natural. Desde 2018, dirige el Programa de Estudios del Bosque Seco Tropical y es responsable de la Unidad de Conservación y Restauración en la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano

15 de septiembre de 2021

Conversatorio: ¿Cómo responde el bosque a los incendios forestales?

Conversatorio: ¿Cómo responde el bosque a los incendios forestales?

Luego de un incendio forestal y su impacto, viene una etapa en la que el bosque trata de reponerse usando estrategias que ha desarrollado a lo largo de su historia. Ese conjunto de estrategias se llama regeneración natural; dicho proceso se despliega de diferentes maneras según el tipo de bosque.

Existen bosques más adaptados al fuego y otros más débiles ante el fuego. Independiente del caso, la efectividad de la regeneración dependerá también del clima, la frecuencia de incendios, la actividad humana, el grado de severidad del incendio, entre otros.

El año 2020 y el primer trimestre de 2021, la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano, la Fundación Amigos de la Naturaleza, el Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado y la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno realizaron evaluaciones del impacto de los incendios en la fauna y la vegetación de sitios geográficos pertenecientes al Bosque Seco Chiquitano, Chaco, Cerrado, Abayoy y transición a Amazonía.

Tras una serie de investigaciones acerca de la respuesta a los incendios o patrones de regeneración de la vegetación en distintos tipos de ecosistemas, las conclusiones evidencian que la regeneración natural es una opción o herramienta para las acciones de recuperación.

¿Cómo responde el bosque a los incendios? Es una pregunta a responder en el presente conversatorio que pretende rescatar los aprendizajes y conclusiones de expertos que compartirán su experiencia en el tema; y, además, sustentar a la regeneración natural como una de las herramientas clave en el ámbito de la restauración.

El conversatorio “¿Cómo responde el bosque a los incendios?: Aprendizajes y conclusiones desde el conocimiento” se llevará a cabo el 16 de septiembre a las 4 pm (hora Bolivia).

Para ser parte del evento, regístrate en el formulario de inscripción:

También podrás participar del conversatorio siguiendo la transmisión en vivo desde la página de Facebook de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano.

Los panelistas de este conversatorio son:

  • René Guillén (Fundación Kaa Iya), con el tema “Regeneración natural de árboles y arbustos quemados en unidades vegetales de la Chiquitania que converge en el área de influencia del gasoducto Bolivia-Brasil de Gas TransBoliviano S.A.”
  • Daniel Soto (Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado) con el tema “La Regeneración Natural post incendio en la Chiquitania.”
  • Daniel Villarroel (Fundación Amigos de la Naturaleza) con el tema “Fuego: caos y armonía de los ecosistemas en la Chiquitania”
  • Bonifacio Mostacedo (Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno) con el tema “Regeneración natural después del fuego en ecosistemas tropicales subhúmedos y secos en Bolivia”
  • Oswaldo Maillard (Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano) con el tema “Regeneración natural desde el análisis geoespacial y monitoreo remoto”

13 de septiembre de 2021

COMPROMISOS Y SOLUCIONES ANTE LA EMERGENCIA CLIMÁTICA Y ECOSISTÉMICA EN EL CONGRESO MUNDIAL DE LA NATURALEZA DE LA UICN

COMPROMISOS Y SOLUCIONES ANTE LA EMERGENCIA CLIMÁTICA Y ECOSISTÉMICA EN EL CONGRESO MUNDIAL DE LA NATURALEZA DE LA UICN

Tras 8 jornadas, el Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN, llevado a cabo en Marsella, Francia, llegó a su fin con importantes compromisos y acuerdos de los socios y miembros para actuar inmediatamente ante la emergencia climática y de la biodiversidad.

Estos son algunos de los compromisos adquiridos:

  • Respetar y aprovechar las perspectivas y las capacidades de acción de todas las personas, especialmente de los jóvenes, pueblos indígenas, comunidades locales, quienes son los líderes y custodios de la biodiversidad.
  • La acción local es una poderosa herramienta de cambio, que complementa la acción a otras escalas. Este enfoque reconoce la responsabilidad de cada persona como sus acciones guiadas pueden actuar en pro de la naturaleza, escalando a organizaciones de base, gobiernos, comunidades y empresas.
  • Contrarrestar los impactos de la pandemia de COVID-19, fomentando las inversiones en la naturaleza, promoviendo una economía que beneficie a la naturaleza y dar prioridad a las inversiones en la naturaleza que promuevan la justicia social y la inclusión, exhortando a los gobiernos y al sector privado a adoptar el Estándar global de la UICN para Soluciones basadas en la Naturaleza.
  • Detener la pérdida de la biodiversidad comprometiéndose con un marco mundial de biodiversidad post-2020 que sea transformador, eficaz y ambicioso, adquiriendo un mejor conocimiento de los ecosistemas transformados, comprometiéndose con una red de conservación basada en sitios, ambiciosa, interconectada y eficaz, movilizándose hacia alianzas, que es un paso vital para acelerar la restauración de las tierras y los océanos.
  • Enfrentar los riesgos e impactos de la emergencia climática, ya que la temperatura media mundial aumentó aproximadamente 1°C por encima de los noveles preindustriales. Los eventos de 2021 (inundaciones, olas de calor e incendios forestales) dejan claro que debemos imperativamente reducir con urgencia las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los sectores y todo el mundo, por ello se insta a los gobiernos a aplicar soluciones basadas en la Naturaleza, para así optimizar la respuesta global, que requiere la acción de todos y todas, y que todos y todas puedan actuar.

Jenny Gruenberger, miembro del Concejo de la UICN, presentó recomendaciones para establecer el desarrollo de una perspectiva de género global en la UICN a través de un plan de acción que incluye reconsiderar los porcentajes de participación de mujeres, acercándose a una equidad y empoderamiento.

Jenny Gruenberger, IUCN Council. Via IISD

Una de las mociones aprobadas es la copatrocinada por la FCBC; el llamado global de los pueblos indígenas a proteger el 80% de la Amazonía al 2025, para evitar el punto de no retorno, moción propuesta por la Coordinadora de las Organizaciones indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) y varias organizaciones civiles, que hicieron un llamado a un pacto global para proteger el bosque tropical más grande del mundo. El Amazonas tiene un 18% de sus bosques de la cuenca deforestados y un 17% degradados, por ello, las acciones en esta región deben ser una prioridad, ante una posible decadencia de todo el ecosistema de no tomarse acciones, lo que conllevaría a sufrir consecuencias catastróficas para la estabilidad climática global.

 

Que se corra la voz: Luego de más de 15 años, Santo Corazón ya tiene un productor de verduras, su nombre es José Luis Flores Parada

Que se corra la voz: Luego de más de 15 años, Santo Corazón ya tiene un productor de verduras, su nombre es José Luis Flores Parada

Que se corra la voz: Luego de más de 15 años, Santo Corazón ya tiene un productor de verduras, su nombre es José Luis Flores Parada

Por: Carla Pinto Herrera

La familia de don José Luis y la señora Flor Delicia tiene verduras, la voz ya se está corriendo por Santo Corazón, una comunidad chiquitana de más de 800 habitantes, ubicada al este del departamento de Santa Cruz (Bolivia) y perteneciente a un área protegida nacional, el Área Natural de Manejo Integrado San Matías (de casi 3 millones de hectáreas de extensión). La noticia hace eco en la mente de las personas de la comunidad; después de más de 15 años, Santo Corazón está produciendo hortalizas en su propia tierra, y, luego de una fuerte crisis, producto de los incendios forestales y sequía del 2019, un grupo de agricultores, del cual José Luis forma parte, está volviendo a producir sus cultivos tradicionales.

No son cuestiones del azar, sino, de una serie de actividades y acciones que han permitido que la tierra corazoneña tenga otra oportunidad agrícola y alimentaria. Luego de que los incendios del 2019 en el departamento de Santa Cruz, los más devastadores y severos en la historia cruceña y también, los de mayor intensidad registrados en el planeta, devoraran 3.7 millones de hectáreas, existía una serie de cicatrices sociales que necesitaban ser atendidas urgentemente. Más de 350 comunidades vieron afectada su economía de subsistencia, la cual está basada en la crianza de animales y la agricultura, lo que significaba un daño directo a la seguridad alimentaria de las personas de la región.

La realidad por enfrentar era y es difícil para las comunidades, que necesitan diversas formas de apoyo para sobreponerse a una catástrofe de esa índole; más aún cuando la región está siendo afectada por condiciones climatológicas extremas que son producto del cambio climático, y si a eso se suma que, algunas comunidades viven en lugares aislados o poco accesibles, la complejidad del panorama aumenta.

La comunidad de Santo Corazón, a más de 550 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz, con un camino de ingreso en un estado precario, afectada por los incendios forestales del 2019 y azotada por la sequía generalizada de la zona, reunía muchas condiciones adversas que ponían en juego la producción de sus alimentos y, por ende, el bienestar mismo de sus habitantes.

La comunidad Santo Corazón tiene 800 habitantes, distribuidos en 180 familias, cuya actividad principal es la agricultura y la ganadería a pequeña escala. Foto: Claudia Belaunde

Debido a la lejanía y las malas condiciones camineras que tiene la comunidad, Santo Corazón queda prácticamente en un estado de aislamiento en época de lluvia, por ello, el autoabastecimiento de alimentos de las familias se convierte en una necesidad; sin embargo, la producción agrícola de subsistencia está sujeta a las inclemencias ambientales de la región. “El escenario para un productor rural, sobre todo para el sector indígena-campesino, que depende únicamente de lo que cae del cielo para poder cosechar los alimentos, es una situación vulnerable, extremadamente vulnerable”, señala Javier Coimbra, coordinador del proyecto “Valoración de variedades de semillas locales para la resiliencia de la Comunidad Santo Corazón”, ejecutado por la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC), y apoyado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el marco de su Estrategia de Resiliencia del Sistema de Vida de la comunidad Santo Corazón.

En el 2019, cuando se iniciaron las actividades del proyecto, Marcelo Cardozo, técnico del proyecto, recuerda que la comunidad se organizó para que la cantidad de beneficiarios sea la mayor posible. “La gente en vez de decir para mí todo, ha preferido compartir; y eso es una cosa muy bonita de Santo Corazón”, explica Cardozo.

Una vez escogidos los 5 agricultores por consenso comunal, se procedió a seleccionar un lugar óptimo para sus chacos (espacios de cultivo), posteriormente, se alambró el espacio para protegerlo, y se hizo un rescate de las semillas nativas y de uso tradicional de la zona: maíz (blando y perla), arroz dorado, y yuca (macororó y amarilla) para producción. Sin embargo, para finales del 2019 e inicios del 2020, a pesar de estar en época de lluvia, la sequía arremetió y afectó severamente a la producción de los agricultores; entonces, el proyecto tuvo que ser resiliente ante el escenario ambiental que atravesaba la comunidad.

En lugar de tener agricultores “semilleristas”, que era en lo que se pensaba inicialmente con el proyecto, las acciones se reenfocaron, y se orientaron en proveer medios para mitigar la sequía en la producción agrícola de los productores. En este sentido, se implementaron sistemas de cosecha de agua con tanques de 3.500 litros para que los 5 agricultores puedan almacenar agua, se les otorgó motobombas, kits de microriego, entre otros materiales. La dotación de insumos también estuvo acompañada del fortalecimiento a las capacidades, es así, que los agricultores fueron capacitados en horticultura y manejo agroecológico de cultivos.

José Luis Flores Parada es uno de los productores, que, junto con su suegro, Jesús Ramos Vaca, fueron apoyados para la producción de yuca inicialmente; ellos no se detuvieron con ese cultivo, y actualmente, su caso ha sobrepasado todo lo proyectado en un principio. Con un huerto con lechugas, tomates, berenjenas, zanahorias, pepinos, pimentones, cebollas, remolachas, además de yuca, el chaco que trabaja José Luis es un caso icónico para la comunidad.

Jesús Ramos Vaca, caminando entre los primeros cultivos de tomate en el huerto familiar una tarde de agosto. Foto: Claudia Belaunde

El elemento físico que hace de este chaco una especie de lugar mágico es la disponibilidad constante de agua. Desde hace 4 meses, cuando terminó la época de lluvia, José Luis bombea agua del río Santo Corazón, que se encuentra a tan solo 60 metros de distancia del huerto. Tres veces a la semana, sin falta, llena su tanque gracias a una motobomba, para luego distribuir el elemento vital a través de un sistema de goteo a todos sus cultivos. La lechuga de este huerto ya dio sus primeros frutos, los cuales no solo fueron aprovechados por la familia Flores-Ramos, si no que alrededor de 30 familias de la comunidad compraron y consumieron esta verdura.

Cada 2 días, José Luis abre el tanque de agua durante 4 horas, para que los cultivos del huerto se abastezcan del agua suficiente. Además, él trabaja almácigos de las hortalizas, para posteriormente, trasladar los cultivos a su lugar definitivo. Fotos: Claudia Belaunde.

“Cuando ya hubo, yo empecé con el teléfono y los mensajes”, narra Flor Delicia, esposa de José Luis, al recordar el momento en que hicieron sus primeras ventas de lechuga. Con ayuda de sus amigas, familiares y vecinos, la noticia de que el huerto familiar tenía lechugas emprendió su curso. “Significa un orgullo, un valor, un ánimo”, comparte María Isabel Ramos Vaca, una de las primeras compradoras de lechuga de la familia, acerca del significado que tiene que una familia de la comunidad produzca verduras; esa alegría también la siente Nelly Cuéllar Ramos, otra de las primeras clientes y comensales de las lechugas; “me ha dado mucha alegría ver que hay esta persona que se está esmerando, que está procurando producir verduras y que, está vendiendo”, comenta al respecto de la situación. “Es que da una alegría; uno quiere seguir produciendo”, enfatiza Jesús, suegro de José Luis.

Las lechugas no solo están generando un ingreso económico para la familia, sino que también, están contribuyendo a la nutrición de toda la comunidad, brindando un producto competitivo respecto a su costo-beneficio. “A veces por el camino, nos llega el alimento por avioneta y eso es un costo más elevado”, menciona Jorge Suárez Cuéllar, cacique de la comunidad de Santo Corazón, mientras explica la importancia de tener independencia en la producción de alimentos dentro de la comunidad; Rudecindo Pachurí Cayú, subalcalde del cantón Santo Corazón, tiene sentimientos similares al cacique, “para nosotros es algo aliviante en el tema de los huertos, porque ya está habiendo las verduras que necesitamos aquí, que nos llegan en precio elevado”, señala.

José Luis y Flor Delicia sienten el apoyo y aprecio de su comunidad hacia su huerto de verduras, incluso, ya han recibido visitas de comunarios que tienen curiosidad de ver el chaco que tienen, — “han venido, animan a que se amplíe; en tiempo de agua, poco nos entra la verdura, nos animan a que sigamos” — menciona José Luis, mientras su rostro se ilumina cada vez que se detiene a mirar los cultivos que están naciendo de la tierra. Además de los beneficios en salud y economía que trajo consigo el huerto, la pareja coincide que también existe un beneficio en la unión familiar, ya que, sus 4 hijos, incluso la menor (de 5 años), muestran un interés notorio por el chaco que tienen.

Hoy por hoy, la familia aguarda con más ansias la hora del almuerzo; su dieta ya no solo consiste en fideos, arroz, yuca o frejol, ya que, anteriormente, compraban verduras muy de vez en cuando. José Luis, responde con alegría cada vez que le preguntan del huerto, expresa que se siente “orgulloso”, “feliz”, “excelente”, al tener la oportunidad de cultivar las hortalizas que está produciendo; “francamente es otro el alimento que uno se sirve” afirma.

Plato servido, preparado por la familia de José Luis y Flor Delicia. La ensalada es producto de la segunda siembra de lechuga y la primera siembra de tomate. Foto: Claudia Belaunde

Para Javier Coimbra, coordinador del proyecto y responsable de la Unidad de Sustentabilidad, Agua y Cambio Climático de la FCBC, el éxito de José Luis fue una combinación del buen aprovechamiento de las facilidades que se otorgaron en el proyecto junto con una serie de actitudes personales; “el punto clave es que esas facilidades cayeron en terreno fértil; es decir, una persona con motivación, con iniciativa, con ganas de hacer algo mejor, diferente, porque tranquilamente pudo no haber ocurrido. Es la combinación de sus cualidades personales con las oportunidades.”, resumió al referirse al caso de José Luis.

Entre risas, José Luis comenta que comienzan a decirle “verdulero” en la comunidad. Luego de más de una década sin un productor de verduras en Santo Corazón, y después de años duros, con sequía e incendios forestales, su historia y su impacto en la seguridad alimentaria de las familias de la comunidad, se están convirtiendo en una inspiración para Santo Corazón.

José Luis Flores Parada posa junto con su segunda siembra de lechugas, pronto, todas estarán listas para ser vendidas a la comunidad. Foto: Claudia Belaunde.

8 de septiembre de 2021

Reunión extraordinaria para posesión del Directorio de la FCBC

Reunión extraordinaria para posesión del Directorio de la FCBC

Reunión extraordinaria para posesión del Directorio de la FCBC

Por la tarde del día de hoy, el equipo directivo y de coordinación institucional de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC) sostuvo una reunión extraordinaria con miembros del Directorio y la Junta de la institución para llevar a cabo la posesión del Directorio, que es el órgano colegiado de gestión y representación de los intereses de la Fundación, compuesto por personas naturales que aportan una visión técnica y de asesoramiento a la Dirección Ejecutiva en el diseño e implementación de las operaciones multianuales y anuales.

Durante la reunión, se ratificaron a los 3 miembros del Directorio: Karla Würth Pino-Ichazo, Lidia Sensano Rocha y Rudy Guzmán; y, de manera histórica para la institución, se incorporaron a 2 nuevos miembros al Directorio, que no representan a alguna de las instituciones fundadoras de la FCBC: Indiana Ascarrunz Jordán, quien posee un perfil relacionado a la comunicación estratégica e incidencia pública y Álvaro Guzmán Bowles, con un perfil afín a la producción agropecuaria sostenible y políticas públicas relacionadas con dicho ámbito.

Además de ratificar a los antiguos miembros e incorporar a nuevas personas, durante la reunión, el Directorio eligió a su presidente y vicepresidente: Karla Würth (presidente) e Indiana Ascarrunz (vicepresidente), quienes liderarán el Directorio durante la nueva gestión (2021-2023).

Como institución, auguramos una excelente gestión para los miembros del Directorio, personas comprometidas con la conservación, desarrollo sostenible y recuperación del Bosque Chiquitano y ecosistemas vinculados.

10 de agosto de 2021

Talleres sobre herramientas para registrar amenazas en los ecosistemas y comprender los recursos hídricos en la Chiquitania

Talleres sobre herramientas para registrar amenazas en los ecosistemas y comprender los recursos hídricos en la Chiquitania

Talleres sobre herramientas para registrar amenazas en los ecosistemas y comprender los recursos hídricos en la Chiquitania

Por: Claudia Belaunde/FCBC

“Siempre hablamos de desmontes, incendios, pero ¿sabemos cuánta agua tenemos?” Con esta frase comienza el taller de formación de ECODATOS, una herramienta digital para registrar las presiones y amenazas al Bosque Chiquitano creada por el Observatorio del Bosque Seco Chiquitano de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC). Oswaldo Maillard, responsable del Observatorio, ve cómo los participantes, mujeres y hombres que son miembros de organizaciones sociales, pueblos indígenas, municipios, guardaparques y cooperativas de agua esperan una respuesta.

Y es que, para comprender las amenazas y la situación del bosque, se debe estar informado. Por ello, durante 2 días, de forma intensiva e interactiva se dialogó sobre la situación actual de los recursos hídricos y se capacitó en el uso de herramientas tecnológicas. Los participantes, provenientes de Roboré, San Lorenzo Nuevo y Puerto Suarez durante la primera jornada realizada en Roboré, escucharon a Richard Rivas, director de la Unidad de Conservación y Patrimonio Natural “Tucabaca”, quien expuso la importancia del área protegida para la generación y conservación del agua, y cómo los esfuerzos de protección han logrado garantizar el abastecimiento de Roboré, a diferencia de otros municipios chiquitanos que ya sufren una crisis hídrica.

Roger Coronado, exponiendo la experiencia del Centro de Estudios del Bosque Seco Tropical “Alta Vista” en San José.

Diálogo e implementación de la herramienta ECODATOS

Roger Coronado, parte del equipo del Centro de Estudios del Bosque Seco Tropical “Alta Vista” de la FCBC,  explicó cómo con el uso e implementación de estaciones meteorológicas, pluviómetros o una regla limnimétrica pueden lograr un monitoreo y seguimiento efectivo para determinar la disponibilidad de agua en atajados o fuentes de agua, cantidad de lluvia precipitada o pronósticos meteorológicos, para que así, las comunidades puedan obtener datos tangibles sobre su situación y con ello, tomar decisiones informadas que puedan ayudar a una mejor gestión de los recursos hídricos disponibles o gestionar medidas de respuesta ante una crisis.

Asimismo, se socializó la herramienta ECODATOS, un formulario en línea, que se llena mediante una aplicación para dispositivos móviles, a través del cual se logra registrar información acerca del entorno y presiones en el ecosistema. Los datos recopilados son validados por el Observatorio para luego, generar reportes que estén disponibles para los diferentes miembros de la sociedad civil.

Oswaldo Maillard, responsable del Observatorio habla sobre los recursos hídricos en la Chiquitania y el uso de tecnología para monitorear el estado de los mismos.

“Ahora tenemos muchas amenazas, tala, caza furtiva, incendios forestales” afirma José Luís Tomichá, guía ecoturístico del Área Protegida “Santa Cruz la Vieja” en el municipio de San José.  Para él, capacitaciones como las del uso de ECODATOS, le brinda una nueva forma de contribuir a la conservación, y considera que es una solución práctica para poder registrar cualquier anormalidad.

“Hace 40 años nos bañábamos en el río Sutó, ahora sólo queda esto” expone Freddy Rivero, representante de la Asociación para la Conservación, Investigación de la Biodiversidad y el Desarrollo Sostenible (SAVIA), mientras muestra una quebrada seca del río en cuyas orillas se fundó Santa Cruz de la Sierra, durante la segunda jornada llevada a cabo en San José donde llegaron personas desde Taperas, la Central Indígena Turubó y participantes locales, además de miembros pertenecientes a la cooperativa de agua COMAYO, la subgobernación, medios de comunicación y guardaparques. Al colocar este hecho como ejemplo, hizo hincapié en cuán necesario es conocer los recursos hídricos y utilizar tecnologías para su correcto monitoreo, conservación y uso racional.

El intercambio de saberes por parte de los diferentes participantes fue clave, exponiendo desde cada sector la importancia de la conservación y las amenazas que sienten, para así abordar los mismos problemas en conjunto y conseguir una mejor solución. Estos espacios y talleres son realizados en el marco del proyecto ECCOS (Ecorregiones Conectadas Conservadas Sostenibles) liderado por la FCBC, en sinergia con SAVIA, FAN (Fundación Amigos de la Naturaleza), ECOA (Ecologia e Ação), BdM (Bosques del Mundo) y el GAD SC (Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz); y el proyecto DAC “Diálogo y Apoyo Colaborativo” de la Cooperación para el Desarrollo de la Embajada de Suiza en Bolivia, como parte de la promoción de ciencia ciudadana y fortalecimiento de capacidades en las comunidades y municipios del Bosque Chiquitano.

Fotos: Claudia Belaunde

27 de julio de 2021