«Cada vez que perdemos una especie rompemos una cadena de la vida que ha evolucionado durante 3.500 millones de años, con interacciones con los demas seres vivos, de una complejidad y perfección más allá de nuestro entendimiento». Jeffrey McNeely, científico de la UICN.

Hoy es un día para reflexionar sobre nuestro papel en esta red de interrelaciones de vida; en solo 40 años de «desarrollo», nuestras acciones en el planeta han puesto bajo amenaza de extinción a más un millon de especies: https://bit.ly/2YbUNaG

“Cada país tiene tres formas de riqueza: material, cultural y biológica. Las dos primeras las comprendemos bien porque son la sustancia de nuestra vida cotidiana. La esencia del problema de la biodiversidad es que la riqueza biológica se toma mucho menos seriamente. Este es un error estratégico grave, error que lamentaremos cada vez más a medida que el tiempo pase. La diversidad es una fuente potencial de una inmensa riqueza material no explotada en forma de comida, medicinas y servicios. La fauna y flora son también parte del patrimonio de un país, el producto de millones de años de evolución centrados en aquel tiempo y en aquel lugar y, por ello, tan merecedor del interés nacional como las particularidades del lenguaje y de la cultura”.

Edward O. Wilson (La Diversidad de la Vida, 1994).

En el marco de convenios firmados con el Centro de Investigaciones en Ciencias Biológicas Aplicadas (CICBA), el Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales (ICAR) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) y con la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma Gabriel Rene Moreno (UAGRM), FCBC ha puesto en marcha el desarrollo de distintas acciones conjuntas que vinculan iniciativas en curso, como el Fondo de Estudios del Bosque Seco Tropical, el Centro de Estudios Alta Vista, pasantías, tesis, etc.

En este contexto, el mes de marzo de 2019, han iniciado investigaciones en el Centro de Estudios Alta Vista con temas como: actividad antibacteriana de propóleos de abejas nativas y extranjeras, medición de biomasa aérea, calidad y daño de árboles, estudios de dendrocronología, fuentes semilleras vinculadas con procesos de aprovechamiento forestal y rescate de germoplasma, sistema de monitoreo mediante el uso de trampas cámara, uso de dron como parte del establecimiento de líneas de base a pequeña escala, son algunos de los temas en cuestión.

Estudiantes como Daniela Pinto, Alejandra Paz, Sandra Ramos, Soledad Montaño, Alexander Castro y Víctor Hugo Cuellar, todos de la Facultad de Ciencias Agrícolas están siendo parte de esta experiencia en la que académicamente están involucrados, Docentes de la Facultad como el Dr. Bonifacio Mostacedo (Vicedecano de la Facultad), Ing. Eduardo Sandoval (Jefe de Carrera de Forestal), Ing. Edwin Magariños Director del INIF, Dra. Marisol Toledo del Museo Noel Kempff Mercado e Investigadores de la UAEM, como el Dr. Angel Endara del ICAR, Dr. Octavio Monroy y Dra. Martha Zarco del CICBA.

Espacios de articulación académica e institucional han sido organizados, como: la conferencia sobre Bosques de Alta Montaña de México, dictada por el Dr. Angel Endara y una reunión organizada por la Facultad de Ciencias Agrícolas a la cabeza del Decano Ing. Eudal Avendaño, representantes de unidades de investigación de la Facultad, representantes del CICBA e ICAR y el responsable del Programa de Estudios del Bosque Seco Tropical de la FCBC.

En dicho espacio se acordaron pasos a seguir en la construcción e implementación de la alianza, uno de ellos, la elaboración y firma de convenio entre la Facultad y la UAEM, aspecto que posibilitará por ejemplo, que fluyan investigadores y estudiantes a distintas unidades de investigación de la Facultad de Ciencias Agrícolas y viceversa, con ello se articularía formalmente un mecanismo de trabajo efectivo entre FCBC y dichas entidades académicas en el marco del Programa de Estudios del Bosque Seco Tropical.

Después de un largo recorrido en el camino de su conocimiento y valoración,  la Almendra Chiquitana ha llegado a un punto de inflexión, en el cual este maravilloso producto dará el gran salto hacia su consagración final como modelo de desarrollo sostenible.

Gracias a la consolidación de mercados internacionales para toda la almendra que se produzca en la Chiquitania, el 2019 será el año en que  se forjen alianzas en torno a un programa regional de desarrollo, que impulse el  manejo de las poblaciones silvestres, como su cultivo en sistemas agrosilvopastoriles, reforestando pasturas ganaderas.

Esto dará  cumplimiento a la vocación de la almendra chiquitana: incrementar la producción de alimentos sin ampliar la frontera agrícola.