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¡Se me olvidó!

¡Se me olvidó!

¡Se me olvidó!

Paquió

Hymenaea courbaril

Javier Coimbra

¿Quién siembra el bosque?  Vaya pregunta existencial que nos podemos hacer y la respuesta sería prácticamente interminable, ya que son una serie de seres y cosas que tienen que ocurrir para que una semilla llegue a buen lugar y empiece la magia, pero… hay algunos animalitos que son parte importante de algunas especies de árboles, que, sin ellas, nacieran muy pocos.

Este famoso árbol, es un “Paquió” estos árboles están dentro de un género llamado científicamente Hymenaea, quien le debe mucho a la poca memoria de un animalito, si, por lo menos eso es lo que se cree que ocurre con un roedor conocido como “Jochi calucha” quien busca como loco los frutos de “Paquió” y tiene la costumbre de enterrar sus semillas excedentes, las guarda para luego buscarla pero, no todas las logra encontrar, gracias a este importante olvido, emergen del suelo, con las lluvias, estas semillas olvidadas de “Paquió”

La chiquitanía tiene varias especies de “Paquió”, con distintos dispersores, pero sin dudas, uno de los más importantes, es nuestro olvidadizo “Jochi calucha” a quien le damos un millón de gracias.

Muy común, muy sorprendente

Muy común, muy sorprendente

Muy común, muy sorprendente

Se lo puede ver en varios escenarios de la ciudad de Santa Cruz, en zonas urbanas, alrededores, en los bosques semideciduos chiquitanos, en las sabanas benianas y hasta en el escudo cruceño. En fin, no cuesta encontrarlo, pero ¿qué se sabe de él?

El cotidiano “Totaí” lleva de nombre científico Acrocomia aculeata, este nombre da una interesante descripción de la planta, ambas palabras están en latín y vienen de akros que significa alto y kome que significa pelo o mechón, en referencia a su altura. Y por otro lado tenemos Aculeus-i que significa aguijón, obviamente en referencia a que está lleno de aguijones para su protección, desde el tronco hasta las hojas.

Saliendo del lado literal nos metemos a lo práctico, a sus usos, y es que para muchas personas un buen fruto maduro de “Totaí” es todo un manjar y un freno directo a la acidez estomacal después de una comida pesada, pero no termina ahí, ya que hay otro manjar que buscan las personas y está metido en su semilla, con el tiempo después de madurar, algunas caluchas contienen una oruga de escarabajo gorda y blanquecina, toda una ´delicatese´ para algunos paladares que se lanzan en su búsqueda.

Esto solo es un poco de lo mucho que se puede aprender de una de las palmeras más conocidas del Oriente Boliviano, de la cual también se alimentan parabas y ardillas.

Urucú, ideal para la cocina

Urucú, ideal para la cocina

Urucú, ideal para la cocina

El Urucú se encuentra generalmente en los bosques húmedos.  Las semillas se utilizan como colorante para la comida ya que, desprende un tinte color rojizo-anaranjado y otorgan una sazón particular a la comida. Por otro lado, también se lo ha utilizado como medicina alternativa para la presión alta, sarampión, dolor de cabeza y viruela. Las hojas actúan contra los malestares de la garganta e hipertensión. Presente el ácido de achiote, el cual es alto en contenido de vitamina C. Algo para destacar es que, solo llega a medir 5m. Florece entre marzo a junio y octubre a noviembre.

En el Bosque Seco Chiquitano es alimento para la fauna, y la dispersión de sus semillas es mediante aves.

Más que madera

Más que madera

Más que madera

Cedro

Cedrus

Javier Coimbra

Arboles hermosos, fuertes, de madera valiosa pero no más valiosa que sus interacciones con su ecosistema y hasta con el mismísimo viento. Los “Cedros”, son diferentes especies del género Cedrela, un grupo de árboles emblemáticos, emparentados con la “caoba” o “mara”, con diminutas flores verdosas que invitan a un sin número de abejas sin aguijón (tribu Meliponini) y con frutos que adornan mientras cuelgan en sus ramas para luego abrirse y soltar toda su magia con sus semillas aladas quienes en un movimiento espiralado se van alejando de la madre para luego nacer lejos de ella y de esta manera no competir.

 

Son varias las especies de cedro, cada una con una importancia tremenda para su ecosistema y la gente que convive cerca de ellos.

Verde, pero madura

Verde, pero madura

Verde, pero madura

Chirimoya

Annona squamosa

Claudia Belaunde

La Chiquitania es toda una mesa de frutas para degustar, desde pequeñas hasta algunas muy respetables en tamaño, de sabores variados y colores que, cambian cuando llegan a su madurez, pero hay una en particular que, aunque esté por caerse de madura, el color verde la acompaña hasta la sepultura. Se trata de una “chirimoya” cuyo nombre para la ciencia es Annoa squamosa. “Squamosa”, por las escamas que tiene su fruto en la parte externa, pero dentro del mismo guarda una mezcla de dulzura, textura y aroma de un blanco manjar, muy nutritivo, además.

Este fruto se presenta del tamaño de un puño y aunque esté bien blando y listo para comer, si no nos acercamos y lo confirmamos personalmente, nos puede engañar haciéndonos creer que, todavía hay que esperar para zamparlo, pues su color verde no cambia ni estando maduro.

 

La deliciosa y engañosa “Chirimoya” que, no alcanza gran porte en altura, produce frutos en diferentes épocas del año. Es muy frecuente verla en los pueblitos de la Chiquitania donde cada ciudadano termina siendo dispersor de sus semillas, importante labor que, quizá sin saberlo cumplimos para tan suculenta fruta.

Algún día serás un gigante

Algún día serás un gigante

Algún día serás un gigante

Motoyoé

Melicoccus lepidopetalus

Javier Coimbra

Muchas cosas enormes, han empezado tan pequeño que fueron imperceptible en sus comienzos, algunos árboles que hoy vemos como enormes bloques, asomaron del suelo uno pocos centímetros cuando nacieron, otros están muy juveniles y no nos damos idea del tamaño descomunal que pueden llegar a tener con el pasar del tiempo.

Esta pequeña planta que tenemos en frente, algún día será uno de los árboles con la copa más grande que se pueda encontrar en nuestra región, ya que se trata de una planta de “Motoyoé” (Melicoccus lepidopetalus) una especie muy interesante, tanto por sus riquísimos frutos como también por poseer una copa tipo paragua bastante grande, esto lo logran con el pasar de los años, ya que son árboles longevos, pudiendo vivir más de 200 años y mantenerse bastantes estables.

Quizá no lo podamos ver a plenitud a este individuo, pero esperemos que lo logre y se convierta en esos seres hermosos de gran sombra que pueden llegar a ser…