Brigadas comunales de primera respuesta atienden incendios forestales en la Chiquitania
Por: Claudia Belaunde/FCBC
“Lo hacemos de corazón, por defender la flora y fauna, por conservar el medio ambiente” – Juanito Cuellar, bombero forestal comunitario.
En 2019, los incendios forestales afectaron más de 4 millones de hectáreas de bosque, arbustos y pastizales, incluyendo territorios indígenas, parques nacionales, áreas protegidas departamentales y municipales de Bolivia. En el marco del proyecto ECCOS (Ecorregiones Conectadas Conservadas Sostenibles) proyecto liderado por la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano y cofinanciado por la Unión Europea, junto a la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) y el Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz (GADSC) desarrollan capacitaciones en prevención, manejo comunitario y combate del fuego e incendios forestales en comunidades indígenas y campesinas del municipio de Roboré y San José de Chiquitos.
En este sentido, una de las actividades está orientada a fortalecer las capacidades de primera respuesta a incendios forestales en 15 comunidades indígenas y campesinas, en la que bomberos forestales comunales mejoran sus capacidades técnicas y logísticas para brindar la primera respuesta ante la amenaza de incendios forestales en sus territorios.
“Fue un dolor grande ver que se quemaba nuestro bosque, nuestro patrimonio, nuestro pulmón”, dice Cenia Cabellos, comunaria de Santiaguito, una comunidad agropecuaria en el Valle de Tucabaca. A Cenia, ver el fuego y la destrucción que causa fue suficiente y decidió actuar, convirtiéndose en bombera comunitaria forestal.
Cenia Cabellos junto a sus compañeras de Santiaguito y San Lorenzo de Tucabaca durante la formación a bomberos comunitarios./Foto: Claudia Belaunde
Para responder a un incendio, el tiempo es clave. Municipios como Roboré, San José o San Ignacio se encuentran a más de 4 horas de la capital del departamento, Santa Cruz de la Sierra, lo cual demora el tiempo de respuesta de las brigadas de bomberos forestales formales para controlar un incendio; o que la demora en la respuesta complique las condiciones, por lo que estas brigadas comunales, cada una de ellas conformada por 3 cuadrillas de 6 miembros, son el primer elemento de respuesta y defensa.
“Desde 2018, a través del proyecto ECCOS, venimos fortaleciendo estas actividades, este enfoque de manejo comunitario del fuego, esta construcción de un modelo de gestión de incendios forestales basado en la participación de las comunidades, descentralizando capacidades de primera respuesta en el componente de combate para la atención oportuna de incendios forestales”, asegura Carlos Pinto, gerente de proyectos de manejo de fuego de FAN. Las acciones inmediatas de las cuadrillas comunales reducen el tiempo de respuesta en alrededor de 1 hora, y actúan sobre incendios que están iniciándose.
Roberto Juchasara, instructor de la Dirección de Recursos Naturales (DIRENA) explica el uso de herramientas y técnicas para combatir el fuego a brigadas comunitarias./Foto:Claudia Belaunde
La formación a las cuadrillas se da mediante una instrucción teórica, para luego poner en práctica el uso de herramientas y técnicas para hacer frente al fuego. Durante las actividades, se instruye sobre los elementos que componen un incendio, seguridad, estrategias y uso de herramientas, luego pasa de la teoría a la práctica, con acciones en campo para poner a prueba las capacidades.
“El año pasado lo hacíamos empíricamente, ahora, con los conocimientos técnicos ya sabemos cómo se debe actuar, qué forma tiene el fuego para empezar a manejarlo y poder controlarlo”, comenta Alcides Fernández, quien sabe muy bien lo difícil que es enfrentar un incendio forestal; él junto con otros comunarios, fueron bomberos voluntarios el 2019 y combatieron el fuego en el área protegida Tucabaca con lo que tenían; galones de agua, ramas y tierra. Con los cursos de formación y las herramientas brindadas, actualmente es jefe de cuadrilla, y asegura que el ser bombero forestal responde a una cadena de beneficios, ya que cada acción, se beneficia a otros; en su comunidad como en el resto de la población.
Las cuadrillas de bomberos forestales comunitarios ya respondieron, solo durante el mes de julio de este 2021, 6 incidentes en las localidades de Chochís, Roboré, Santiago, Peniel y Naranjos, controlando la propagación del fuego en un tiempo de alrededor de 12 horas.
“El Bosque Chiquitano está terriblemente amenazado, no solamente por el tema de los incendios y el descontrol que hay por parte de las autoridades en emitir los permisos de quema y controlar realmente que se cumpla la ley, además hay otros sucesos como la sequía, la helada, la falta de agua, que suman y hacen que todo el bosque sea frágil y ocurra cualquier momento otra catástrofe” afirma Rosa Leny Cuellar, directora técnica de la FCBC y coordinadora general del proyecto ECCOS.
Es bajo este contexto que la participación de las comunidades como primer frente de respuesta es primordial y más valioso que nunca, al conocer el terreno, el bosque y sus características, serán quienes difundirán las capacidades y técnicas de atención a los incendios y el apoyo en quemas controladas, como también el valor de la conservación y protección de los ecosistemas.
Para los bomberos forestales comunitarios de la Chiquitanía, esta misión es un compromiso de por vida que se contagia; ya que los números crecen con cuadrillas dedicándose no solo al combate directo, sino también a la prevención y la logística, y así, evitar el efecto del fuego en las comunidades y los ecosistemas.
Foto: Claudia Belaunde
9 de julio de 2021