Bajo Paraguá: El área protegida donde su gente busca la sustentabilidad y la conservación
Vivero agroforestal de café y cacao en la comunidad de Porvenir.
Fotografías y texto: Claudia Belaunde.
La lluvia cae y don José sonríe; “les hará bien a los plátanos después de todo el trabajo” dice, en medio de su chaco de plátano bellaco. Estamos en Porvenir, una comunidad indígena del Área Protegida Municipal de Bajo Paraguá, del Municipio de San Ignacio de Velasco, la más nueva área protegida del departamento de Santa Cruz. Creada en el 2021, con casi un millón de hectáreas de extensión, es un importante espacio para la conservación y conectividad, al unir el Parque Nacional Noel Kempff Mercado, la Reserva Municipal de Copaibo, y la Reserva Rio Blanco y Negro, garantizando los servicios ecosistémicos para toda la región.
Son 4 comunidades las que habitan el territorio de Bajo Paraguá, Porvenir, Piso Firme, Florida y Picaflor, las mismas que tienen un fuerte vínculo con el bosque y el río que circunda el espacio. Por ello, la FCBC con el apoyo de la organización Aktion Amazonas, de Dinamarca, desarrollará acciones en esta área protegida y sus comunidades para conservar la conectividad e impulsar la gestión sostenible de los bosques, a través del desarrollo y apoyo a iniciativas productivas compatibles con la conservación y sustentabilidad.
El aceite de Copaibo es uno de los potenciales recursos no maderables a ser aprovechados en Bajo Paraguá.
Porvenir, declarada como capital departamental del asaí, comenzó un vivero forestal y un huerto con financiamiento del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el cual está siendo potenciado bajo recursos y soporte técnico de la FCBC, en los cuales crecerán durante los próximos meses los plantines de café, copoazú y cacao dulce, a implementarse en sistemas agroforestales para recuperar espacios de cultivo tradicionales. También contarán con asistencia técnica para la producción de plátano, para cultivar con técnicas eficientes, realizar el aprovechamiento tradicional de venta en racimo, comercializar productos como la harina de plátano, plátanos deshidratados al sol, chipilo (trozos pequeños y delgados fritos) y otros.
Inicio de la limpieza para mejorar la producción de plátano.
Las mujeres de Bajo Paraguá comienzan a procesar plátanos en forma de harina, deshidratados y fritos para su comercialización.
Esta acción se replicará en todas las comunidades, potenciando el aprovechamiento de productos no maderables, mejorando la soberanía alimentaria y diversificando la producción.
Un “pico” de abeja melipona registrado para ser recuperado y transferido a una caja para su manejo.
Otro recurso sostenible será la cosecha de miel de abejas nativas sin aguijón. A través del rescate de nidos, se establecerán en cajas para que las comunidades, quienes ya fueron formados por especialistas, puedan realizar un manejo y extracción, sin dañar las colonias, permitiendo que éstas continúen cumpliendo el importante y vital rol que tienen como polinizadores en los bosques, y además, generando ingresos económicos adicionales a la economía familiar.
Como parte de la gestión sostenible, está también el apoyo con equipamiento y formación para la respuesta a incendios forestales. En todas las comunidades de Bajo Paraguá durante este 2022, se llevaron a cabo talleres impartidos por instructores de bomberos forestales del Gobierno Departamental de Santa Cruz y con el apoyo del Gobierno Municipal de San Ignacio de Velasco, quienes formaron a mujeres y hombres como efectivos de primera respuesta para la atención de incendios, estableciendo así un elemento más en el sistema departamental de bomberos comunales para evitar los desastres ocasionados por el fuego en el bosque y las comunidades.
Capacitación en técnicas básicas de combate a incendios forestales y quemas controladas en la comunidad de Picaflor.
Bajo Paraguá se encuentra actualmente amenaza por asentamientos ilegales, los mismos que ya afectaron más de 200 hectáreas, abriendo caminos y realizando desmontes para producción agrícola no compatibles con la vocación forestal de este territorio. Por ello, para la FCBC es prioritario continuar garantizando las seguridad júridica, la gobernanza por parte de las comunidades en su territorio y el desarrollo de actividades productivas que permitan un desarrollo sustentable compatible con la conservación, ante el actual escenario en Bolivia, que tiene una de las tasas de deforestación más altas de la región, con 550 hectáreas deforestadas al día en el departamento de Santa Cruz.
Brecha ilegal para asentamientos y desmonte abierta el año 2022 en el área protegida de Bajo Paraguá.