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Chiquitania y sus colores

Pintura rupestre, imagen prehistórica, posible representación de la flora local encontrada en la Cueva de Miserendino.

Danilo Drakic

Los bosques de la Chiquitania ofrecen paisajes imponentes, donde cada año los cambios entre las épocas secas y lluviosas ofrecen un espectáculo a la vista cuando los colores de la vegetación varían desde los más ocres y cafés cuando los árboles han perdido sus hojas, hasta las salpicaduras de rosados, naranjas, amarillos, blancos y verdes una vez que caen las primeras lluvias.

Los colores son también formas de expresión utilizadas en el arte rupestre que se encuentra en la región, pinturas a las cuales se les calcula cientos, hasta miles de años de antigüedad. Las civilizaciones que habitaron este territorio e hicieron uso de los recursos naturales desde tiempos ancestrales, utilizaron también pigmentos obtenidos de su entorno para plasmar el registro de su paso por aquí.

Los colores que más se pueden encontrar en las pinturas rupestres de los bosques chiquitanos son, el rojo, proveniente en gran parte de los suelos ricos en hierro de la región, el amarillo, el blanco y el azul. Algunos de estos pigmentos son de origen mineral, y otros de origen orgánico, como el azul, extraído del añil de procedencia vegetal, o la sangre de procedencia animal.

Es así, en distintos tonos y gamas de colores que se aprecia la vida y su historia, tanto del color que se ve como, del color que se la pinta.