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Verde, pero madura

Chirimoya

Annona squamosa

Claudia Belaunde

La Chiquitania es toda una mesa de frutas para degustar, desde pequeñas hasta algunas muy respetables en tamaño, de sabores variados y colores que, cambian cuando llegan a su madurez, pero hay una en particular que, aunque esté por caerse de madura, el color verde la acompaña hasta la sepultura. Se trata de una “chirimoya” cuyo nombre para la ciencia es Annoa squamosa. “Squamosa”, por las escamas que tiene su fruto en la parte externa, pero dentro del mismo guarda una mezcla de dulzura, textura y aroma de un blanco manjar, muy nutritivo, además.

Este fruto se presenta del tamaño de un puño y aunque esté bien blando y listo para comer, si no nos acercamos y lo confirmamos personalmente, nos puede engañar haciéndonos creer que, todavía hay que esperar para zamparlo, pues su color verde no cambia ni estando maduro.

 

La deliciosa y engañosa “Chirimoya” que, no alcanza gran porte en altura, produce frutos en diferentes épocas del año. Es muy frecuente verla en los pueblitos de la Chiquitania donde cada ciudadano termina siendo dispersor de sus semillas, importante labor que, quizá sin saberlo cumplimos para tan suculenta fruta.